Biblioteca de la Lectura en la Ilustración
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Identificación

Éléments de Littérature, Tome IV

Jean-François Marmontel
1787

Resumen

El volumen IV de los Élémens de Littérature comienza con la voz genio y termina con nombre. Desde el punto de vista de la teoría poética incluye los artículos correspondientes a voces como idilio, ilusión, imaginación, imitación, interés, invención, literatura, lírica, maravilloso, costumbres o moralidad.

Comenzando por el término genio lo distingue del talento. Este último constituye una disposición que en las Letras caracteriza por la aptitud de tartar los temas y las ideas una forma que el arte aprueba y que satisface al gusto (p. 1). Tiene, por tanto, que ver con el orden, la claridad, la elegancia, la naturalidad y la corrección. Por el contrario, el genio es un suerte de inspiración frecuente pero pasajera cuya finalidad es crear (pp. 1-2). Es una cualidad excepcional entre los escritores siendo Homero un caso prodigioso. La creación del genio se adentra en el ser y, por tanto, en la invención. Su forma de adentrarse en la creación es única porque no se halla sujeta ni al arte ni al gusto. Responde a su singularidad por lo que ocasiona obra verdaderamente novedosas gracias a su capacidad para penetrar en un universo creador vedado a la mayoría de los autores. 

En cuanto a la idea de imaginación la concibe como una facultad del alma que trae al pensamiento para que pueda reproducirlas aquellas imágenes previamente percibidas por los sentidos. Se acerca así a la memoria de la que solo se distingue «por la vivacidad de los colores». No obstante, la imaginación permite la composición de cuadros propios realizados sin tomar como referente un modelo natural. En tal caso, depende del genio (pp. 187-188). 

Además, Marmontel señala que la imaginación es un don tan precioso que permite al poeta meterse en el personaje que desea pintar y revestirase de sus inlcinaciones, intereses y sentimientos expresándolos como si fueran propios. Ahora bien, la imaginación también ha de ser cultivada mediante el estudio de la naturaleza, de los modelos del arte y el trato entre los hombres (pp. 191-192). 

En cuanto a la noción de imitación entiende que no consiste en la copia servil. Para un escritor imitar es «formar su espíritu, su lenguaje, sus hábitos de concebir, de imaginar, de componer sobre un modelo con el cual siente cierta analogía; estudia sus límites, sus imágenes, sus movimientos, su armonía y, después de afectar a la imaginación, enriquece la memoria, llena el alma con sus bellezas, prueba en el mismo género, toma, no sus defectos, sus errores, si es que tiene alguno, sino lo que es hermoso, grande, exquisito en el carácter de su genio y estilo» (p. 198). Imitar supone, por tanto, tener referentes literarios a los que el poeta debe aspirar a emular. 

Finalmente la idea de moralidad es el fin último de la poesía. La moralidad consiste «en la verdad del sentimiento, la impresión beneficiosa de miedo, de piedad, de admiración, de desprecio, de odio o de amor que realiza sobre el alma» (p. 429). Ello explica que, a lo largo de todo el tratado, Marmontel insista en aclarar en qué medida las pasiones han de estar presentes en la literatura. 

Descripción bibliográfica

Marmontel, M., Élémens de Littérature. Par M. Marmontel. Tome quatrième, en Œuvres complettes de M. Marmontel, historiographe de France, Et Secrétaire perpétuel de l'Academie Françoise. Edition revue & corrigée par l'Auteur. Tome huitième, Paris: Née de la Rochelle, 1787. 
4 hs., 536 pp.; 8º.

Ejemplares

Salamanca, biblioteca privada.

Bibliografía

Consúltese Élémens de Littérature, Tome I

Cita

Jean-François Marmontel (1787). Éléments de Littérature, Tome IV, en Biblioteca de la Lectura en la Ilustración [<http://212.128.132.174/d/elements-de-litterature-tome-iv> Consulta: 23/11/2024].