El tercer volumen comprende desde la letra N hasta el final del abecedario. Como en los dos tomos anteriores, cada escritor es presentado desde una perspectiva analítica y crítica, además de servir para ensalzar a los autores que, en opinión de Sabatier de Castres, más han contribuido a aumentar el crédito de las letras francesas y a la instauración de los principios del buen gusto. Por ese motivo, no duda en contradecir a quienes vilipendiaron el trabajo o la memoria de algunos escritores como es el caso de las opiniones vertidas sobre la obra del Marqués de Pompignan (pp. 91-92).
Por las mismas razones, tampoco obvia los comentarios negativos sobre algún autor como Pierre Nicole, al que define como «crítico parcial y literato mediocre» (p. 10). No es de extrañar, pues, que la obra mereciera críticas y respuestas en sentido contrario.
Particular interés tienen las semblanzas de Rabelais, Racine, a quien considera una gloria inmortal por su nobleza, elegancia, sentimiento y pureza, en definitiva, un hombre de genio (p. 30), o del padre Rapin, «uno de los grandes literatos y de los mejores poetas latinas que ha producido nuestra nación» (p. 157). Asimismo son aportaciones reseñables los comentarios sobre Charles Rollin, cuyo Traité des etudes le parece haberse convertido ya en una obra clásica por su utilidad pública (p. 198).
En la misma línea se inscriben sus reseñas de Rousseau y Voltaire. Del primero admite que, a pesar de sus singularidades y paradojas, es el escritor más profundo y sublime del siglo XVIII (p. 210). Destaca las cualidades de su imaginación y su conocimiento de los autores de la antigüedad, lo cual le convierte en un autor audaz en las ideas y las formas, pero de gran profundidad. Asegura que es difícil encontrantar otro escritor de similar superioridad moral e intelectual entre sus contemporáneos (p. 211). Por su parte, Voltaire le parece una de las mentes más privilegiadas de su época, a pesar de sus contradicciones y de despertar opiniones contrarias entre sus admiradores y detractores. Admira su talento crítico y su variada y prolífica producción filosófica y literaria.
