El cuarto de los volúmenes del Cours de Belles Lettres se inicia con un prólogo en el que Batteux vuelve a insistir en que el hecho de que las obras de literatura resulten amenas y agradables no impide que sea necesario disponer de un conocimiento teórico. El poeta ha de tener una idea precisa de la materia poética si desea realizar una composición digna de ser valorada por sus cualidades artísticas. Más allá del sentimiento y del gusto o de cualquier otra disposición natural, Batteux se reafirma en exigir a los autores un grado suficiente de estudio de las reglas y principios de la poesía. Y, de la misma manera, el lector ha de tener una idea del género literario a cuya lectura se enfrenta. A este respecto, aconseja a los jóvenes que no lean rápidamente y solo por entretenimiento. Deben, por el contrario, estudiar y reflexionar porque de este modo se darán cuenta de los méritos que las composiciones esconden.
El volumen explica, en primer lugar, la naturaleza y características de la poesía épica. Tras una revisión teórica, se detiene en la acción que asegura no ser esencialmente alegórica. Sigue en ello a Le Bossu, como también cuando expresa cuáles son los caracteres, costumbres y forma que corresponde a dicho género. A continuación, examina los poemas de Homero y Virgilio.
El siguiente ejercicio versa sobre la poesía dramática. Comienza por explicar cuál es su naturaleza y las diferencias que existen con la épica. Prosigue con una breve historia de la dramática antigua y moderna y continúa con una serie de capítulos relativos a la tragedia. Examina con detenimiento el Edipo de Sófocles y el Horacio de Corneille para concluir comparando el Heraclio de este último con la Atalia de Racine.
La siguiente sección se dedica a la comedia a la que destina un insignificante espacio comparado con el que ocupa el género trágico.