El volumen quinto de Origen, progresos y estado actual de toda la literatura se dedica al estudio histórico de la elocuencia y se organiza en torno a ocho capítulos que tratan respectivamente de la «Elocuencia en general», la «Elocuencia forense», la «Elocuencia didascálica», la «Elocuencia dialogal», la «Elocuencia epistolar» y la «Elocuencia sagrada», junto con un capítulo final en el que Juan Andrés establece una serie de conclusiones.
En este sentido, otorga gran importancia a la elocuencia en cualquiera de sus manifestaciones, pues entiende que de ella deriva la capacidad para poder expresar de forma adecuada los pensamientos relativos a cualquier materia o ciencia. El orden, la pulcritud y el ornato le parecen esenciales en cualquier tipo de discurso o tratado y especialmente convenientes para aquellos discursos didascálicos y obras científicas que transmiten los adelantamientos en cualquier campo del saber.