Este texto hace referencia a la École Polytechnique fundada en 1794, donde esta lección se expuso. El concepto que la articula es el ingenio, capacidad que se considera innata, pero susceptible de ser fomentada mediante el estudio, la teoría y la práctica e igualmente necesaria en las artes y las letras.
Continúa discutiendo en qué consiste que las artes liberales sean entendidas como «artes de imitación» cuando ni la arquitectura, ni la escultura, ni la música se ajustan a este principio. Tampoco le parece adecuado entender así la poesía:
Es verdad que esta se propone por efecto, en sus numerosas descripciones y en el vasto campo que abraza, dar a las imágenes la mayor fidelidad, mas, no obstante, no le conviene mejor que a la música el nombre de «arte de imitación», porque las palabras no son más propias que los sonidos para imitar los objetos. Por otra parte, cuando se aplica a la moral, cuando les traza a los hombres sus obligaciones y sus derechos, cuando se eleva sobre las ideas físicas para beber en la fuente de la luz y de la verdad, entonces ya no tiene modelo, pues aunque la naturaleza puede servir de basa a sus reflexiones y pensamientos, es cierto que no la da lo que ella añade ni las bellezas que la son peculiares (p. 134).
Asegura que además ser un imitador exacto impide que se desarrolle el talento:
El artífice, pues, excelente no es el que habiendo estudiado el exterior de las formas se contenta con imitarlas, sino el que juntando a este conocimiento el del principio que las anima puede expresar sus efectos y por este medio sabe vivificar sus obras, variarlas, hermosearlas y sacarlas perfectas.
Causar ilusion y lisongear los sentidos es peculiar del artista hábil, mover los corazones y enajenarlos es solo propio del artista excelente; es lo sublime del arte (pp. 134-135).
Pretender alcanzar la perfección poética supone transcender la imitación de la naturaleza mediante la percepción de lo que está más allá de ella. «El verdadero objeto de las artes —explica— no es siempre y únicamente imitar a la naturaleza, sino mover el alma por medio de los sentidos, producir impresiones y comunicar pensamientos» (p. 137).
Bajo este principio general, la diferencia entre las artes se halla en los medios. Y lo desarrolla aplicándolo a la pintura. Concluye que la reunión de diversos usos del talento, entendido como ingenio, que realizan las artes y las letras generan diferencias entre ellas por sus medios pero no por sus intenciones y propósitos.