Es tercer volumen de la Colección de poesías anteriores al siglo XV se dedica a la edición y estudio del poema de Alejandro Magno. La noticia del conocido como Libro de Alexandre se la proporcionó Francisco Cerdá y Rico, «que me avisó existía en la biblioteca del Excelentísimo Señor Duque del Infantado, en la cual se conservan otros muchos códices apreciables que se salvaron del incendio que padeció su palacio de Guadalajara» (p. xii). El «Prólogo» recoge información acerca de la datación, autoría e historia bibliográfica de esta obra, así como la noticia de otros poemas europeos dedicados a la figura de Alejandro Magno. Aclara asimismo la naturaleza de dicho escrito:
En cuanto a la calidad y mérito de este poema, así por el héroe y sus hazañas como por el género de metro, no puede negarse que es un poema épico aunque histórico, como lo son la Ulisea [sic] de Homero y la Eneida de Virgilio. Como la lengua castellana apenas había salido de la infancia cuando se cree que se compuso, como el estilo de los escritores de aquel tiempo era desaliñado respecto del nuestro y como la nación estaba llena de costumbres poco civilizadas y resabios de la literatura africana, era forzoso que la composición no saliese con aquella tal cual perfección y mejor gusto que el poeta le hubiera dado si hubiese alcanzado tiempos más claros y despejados. Por lo demás, no puede dejar de confesarse que el poeta tenía talento para la poesía, como se echa de ver en muchas imágenes y adornos poéticos, que brillarían más si la barbarie en que las gentes estaban sumergidas y la que ahora nos parece rudeza del estilo y grosería del lenguaje, no sirvieran como de nube que no deja ver, o hace que parezca soez y feo, lo que de suyo es hermoso y brillante (p. xxv).
Además, otra virtud adorna al poeta. Es la moral que del texto dimana: «En todo este poema nada se lee que desdiga de una moral sana y arreglada. El autor, cuando se presentaba la ocasión, reprendía los vicios con buena doctrina y documentos oportunos» (p. xxix).
No por ello deja Tomás Antonio Sánchez de señalar algunos errores como el relato de fábulas o historias inversímiles, faltas de todo crédito, por mero adorno de su poesía (p. xxxi) o carencias en cuanto al metro (p. xxxiv).
Completan «Prólogo» algunas aportaciones relativas a nuevas noticias o precisiones que el compilador considera oportuno añadir a lo dicho en los tomos I y II de la Colección.