Biblioteca de la Lectura en la Ilustración
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Identificación

Histoire littéraire des femmes françoises ou Lettres historiques et critiques, Tome premier

Joseph La Porte; Jean-François La Croix
1769

Resumen

El jesuita Joseph de La Porte (1714-1779) fue un conocido crítico cuyas opiniones eran manifiestamente contrarias a las ideas de los filósofos ilustrados y, en particular, de Voltaire. Según declara, en la redacción de esta historia literaria contó con la ayuda de algunos colaboradores. En este sentido, el ejemplar conservado en la Biblioteca Nacional de Francia que reproducimos contiene una nota manuscrita en la que figura la coautoría de Jean-François de La Croix, de quien no se tienen más noticias. 

La Histoire littéraire des femmes françoises, como su propio título indica, constituye una historia de los escritos juzgados como más sobresalientes de las mujeres más afamadas de Francia. Consta de cinco volúmenes, publicados todos ellos en 1769. Se trata de una compilación de opiniones acerca de la escritoras francesas organizadas a modo de cartas en las que si bien, por una parte, se elogia su buen hacer literario, por otra, se omite aquella información que se considera poco valiosa o moral en relación a sus escritos. 

Así pues, el propósito de esta colección, declarado en la «Advertencia», es demostrar que las mujeres pueden hacer avances en las ciencias, en contra de quienes piensan prejuiciosamente que no deben perfeccionar su razón ni interesarse por estas disciplinas. «La lista de las que se han ocupado con éxito de las artes agradables y de los estudios serios asombarrá a nuestros lectores por el número y la calidad de nombres ilustres que la adornan» (p. v). Reconoce en ellas mayor propensión al estudio de la literatura, la historia o la poesía que al conocimiento de saberes «más profundos», aunque no deja de señalar que también han existido mujeres que han realizado incursiones en la Física, la Geometría o las Matemáticas.

Sin embargo, más allá de reunir comentarios dispersos sobre las autoras y obras que se reseñan, lo que transciende es el deseo de utilizar su obra para la educación de las mujeres inclinando a las lectoras a preferir ciertas obras consideradas más morales e instructivas que otras novelas contemporáneas de éxito. 

El volumen primero lo componen veintisiete cartas. En cada una de ellas se expone la vida de la autora en cuestión y se explican los valores literarios apreciados en sus escritos. 

Comienza con Eloísa, amante de Pierre Abélard, teólogo y crítico del siglo XII.

Descripción bibliográfica

[La Porte, Joseph de y Jean-François de La Croix], Societé de Gens de Lettres, Histoire littéraire des femmes françoises ou Lettres historiques et critiques, contenant un Précis de la Vie et une Analyse raisonné des Ouvages des Femmes qui se sont distinguées dans la Littérature Françoise. Par une Societé de Genes de Lettres. Tome premier, Paris: Lacombe, 1769.
2 hs., 576 pp.; 8º. Sign: BNF 8-LN17-68 (1).

Ejemplares

 Bibliothèque Nationale de France.

http://catalogue.bnf.fr/ark:/12148/cb34215276g

 ark:/12148/bd6t53745244

Bibliografía

Aubaude, Camile, Femmes de lettres: histoire d'un combat du Moyen âge au XXe siècle, Malakokk: Armand Colin, 2022.

Balcou, Jean, Fréron contre les philosophes, Genève: Droz, 1975. 

Balcou, Jean y Spphie Barthélemy, Élie Fréron, polémiste et critique d’art, Rennes: Presses Universitaires de Rennes, 2001.

Du Plessis de Grenédan, Joachim, Les femmes d'esprit en France: histoire litteraire et sociale, Paris: Nouvelle Libraire Nationale, 1908.

Hatin, Eugène, Histoire politique et littéraire de la presse en France, Paris: Poulet-Malassis et de Broise, 1859.

Larnac, Jean, Histoire de la littérature féminine en France, Paris: Les Documentaires, 1929.

Reid, Martine, Les femmes dans la critique et l'histoire littéraire, Paris: Champion, 2011.

Cita

Joseph La Porte; Jean-François La Croix (1769). Histoire littéraire des femmes françoises ou Lettres historiques et critiques, Tome premier, en Biblioteca de la Lectura en la Ilustración [<http://212.128.132.174/d/histoire-litteraire-des-femmes-francoises-ou-lettres-historiques-et-critiques-tome-premier> Consulta: 23/11/2024].

Edición

ADVERTENCIA

El propósito de esta obra se expresa en el título: es mostrar lo que una mujer puede hacer en la carrera de las ciencias, si venciera el prejuicio que le prohíbe adornar su mente y perfeccionar su razón. La lista de las que se han ocupado con éxito de las artes placenteras y del estudio serio asombrará a nuestros lectores por el número y calidad de los nombres ilustres que la adornan. Verán que el ingenio no es incompatible con la belleza, las Letras con la ingenuidad, el estudio con el placer, las musas con las gracias; que las mujeres, destinadas para agradar por los encantos de su rostro, pueden igualmente aspirar a la misma gloria que los hombres y recoger tantos laureles como mirtos; que uno puede estar tan satisfecho de entenderlas como de verlas, de leer sus obras como de contemplar sus atractivos. En efecto, ¿dónde hay más imaginación, más naturalidad y más delicadeza que en todo lo que sale de su pluma? ¿Quién juzga mejor que ellas todo lo que apela al encanto, al gusto, a la belleza, al sentimiento? Lo bueno y lo malo les afecta antes y sus decisiones son tan rápidas como las líneas de sus ojos. 

Es cierto que sobresalen más en obras de puro entretenimiento que en las ciencias abstractas y en los grandes géneros de la literatura, como la historia, la moral, la alta poesía, etc. La delicadeza, la vivacidad, las gracias que le son connaturales, son más adecuados para los escritos agradables que para las investigaciones profundas y las discusiones filosóficas. No obstante, algunas que se han introducido en el laberinto de las ciencias más difíciles y se han iniciado en los secretos de la más profunda Geometría. Mientras que unas se ejercitan en los misteriors del amor y dibujan de una pincelada los caracteres de una pasión triste, otras embocan la trompeta de Milton y se calzan el coturno de Racine. Una, emocionada por el motivo más tierno y más razonable, da a su hijo lecciones de Física o le explica los principios matemáticos con un orden, una claridad, una profundidad y una precisión raras en este tipo de obras. Otra da una nueva vida a la algunos de nuestros monarcas, los presenta bajo aspectos interesantes y nos salva, por medio de ficiones ingeniosas, del tedio de la verdad.

Por lo tanto, es imposible protestar demasiado contra la injusticia de aquellos que exigen que las mujeres no hagan ningún uso de su espíritu. Puede ser para nosotros una fuente de instrucción y de placer, al mismo tiempo que sus quehaceres les proporcionan un futuro agradable y recursos para una edad en la que ya no se les permite agradar. Nada es tan triste, en efecto, como la suerte de aquellas que solo han sido adoradas. Como estas solo han apreciado las gracias externas, en cuanto las pierden, caen en al abandono que las desespera. Si en su juventud hubieran adquirido el gusto por el estudio, la privación de los placeres no las dejarían vacías y necesitadas. Recurrirían al fruto de sus reflexiones y se procurarían una felicidad más real y más perdurable. Los encantos de su razón cultivada subyugarán el espíritu de aquellos a los que les atrajo su rostro dominando sus corazones. 

Es principalmente en Francia donde las mujeres pueden disfrutrar de estas ventajas. Los tiempos en que en buena hora ellas viven, la libertad de la que gozan, el trato que reina entre ellas y los hombres, la necesidad donde ellas se sienten a gusto, todo contribuye a encontrar en su espíritu esta vivacidad que nos encanta. Con el gusto, la imaginación y la sensibilidad que ellas han recibido de la naturaleza, ¿por qué no les está permitido incorporarse a la jerarquía de los autores? Si faltan ejemplos que les autoricen y modelos que puedan imitar, la obra que ofrecemos al público se los proporcionará en todos los géneros.


En esta especie de trofeo erigido a la gloria del bello sexo y al de nuestra nación, alguna mujer, después de la célebre y desgraciada Eloísa, hasta aquellas que escriben actualmente, ninguna ha sido olvidada y cada una tiene el rango que merece según sus talentos y sus escritos. Se encuentra al principio la vida de cada mujer que se ha dado a conocer por alguna producción literaria y las anécdotas que pueden hacer su vida agradable e interesante. Se muestra después todo lo que hay de ingenioso en sus escritos. Si es una novela, lo despojamos de todo lo prescindible, de lo superfluo y solo mostramos a los ojos del lector las situaciones, los pensamientos, los sentimientos, las partes, en fin, que causan impresión sobre el corazón y el espíritu. Por otra parte, el fondo de una novela larga y aburrida viene con frecuencia con una amena pequeña historia galante, moral o filosófica según la naturaleza del asunto, y si los episodios valen la pena hacen también de pequeños cuentos entretenidos que son siempre la materia de una lectura agradable.

Si la autora se ejercita en algún otro género, en poesía, por ejemplo, se eligen las partes más selectas de sus obras, los fragmentos exquisitos, las piezas, en fin, que le dan mayor reputación dejando de lado todo lo que la propia autora, por su gloria y por satisfacer al público, habría debido suprimir. De este modo, estamos seguros de no leer nada más que cosas agradables y de que se cuenten en estos cinco volúmenes que trescientas o cuatrocientas mujeres de las más célebres de la nación han pensado y producido cosas muy ingeniosas que se encuentran dispersas y perdidas en más de dos mil volúmenes que no leeríamos. 

Tal es, en general, el plan de nuestra obras, compuesta por una Sociedad de gentes de Letras, dirigida por un solo hombre. No solo redactó y puso en orden el trabajo de los colaboradores, sino que, por no omitir nada esencial y dar a este libro toda la perfección de que era susceptible, recurrió a los periódicos, donde encontramos reseñas muy bien hechas y excelentes extractos que ha empleado, con muchos cambios, en esta colección. Entre los que se ha aprovechado y que nombramos con gratitud están los escritos del abate Desfontaines [1], el Mercure de France, el Anné y el Observateur literarios [2], el Journal Encyclopédique y el Journal des Dames [3].

Los nombres de los periodistas no figuran junto a los artículos que han suministrado para no sobrecargar las páginas del libro con citas. Les rogamos que acepten este reconocimiento público de nuestra gratitud.

 

  1. Pierre-François Guyot Desfontaines (1685-1745) fue un jesuita muy estimado tanto por su aportación al periodismo y la crítica literaria francesa, como por sus disputas con Voltaire. Para él, como para Laporte, la crítica consiste en juzgar moralmente los escritos renegando de aquellos autores y obras que no cumplían con los propósitos morales establecidos por la religión. 
  2. L’Année littéraire fue creado en 1754 por su maestro Élie Fréron que, a su vez, también se había formado en la crítica literaria con el abate Desfontaines. 

  3. El Journal des Dames comenzó a publicarse en 1764 y, como señala Laporte, contiene reseñas críticas de escritoras célebres.