Crítica de la novela El Emprendedor, o aventuras de un español en el Asia, publicada en 1805 en dos volúmenes. Es obra de Jerónimo Martín de Bernardo (1767?-1814). Se trata de una novela de aventuras en la que está presente la pasión amorosa y en la que las enseñanzas morales tan al uso se entrelazan convenientemente en el devenir de la narración. Ha sido considerada una de las novelas más destacables del siglo XVIII por cuanto, utilizando modelos narrativos preexistentes, logra renovar el género.
La crítica que se publica en la Minerva como anónima tacha la obra de confusa y desordenda. La reseña presenta las dos posturas encontradas que sobre la novela surgieron: seguidora para unos del Persiles, porque «había caracteres bien demarcados y sostenidos, verosimilitud, interés, novedad, verdad y qué sé yo que más bellezas», comentarios que el apologista de la novela atribuye a una reseña publicada en la prensa (p. 63) y por lo que resulta digna de elogio y admiración; caótica y carente de virtudes literarias para sus contrarios, entre los que se encuentra el autor de la reseña. Este detractor de la novela la considera «la más monstruosa de la literatura moderna». El plan le parece trivial, la historia mal enlazada y, en conjunto, carente de novedad y de verosimilitud. En resumen, la considera un cuento estrafalario y confuso plagado de desatinos que desglosa con precisión y que, según relata, le causaron pesadillas nocturnas.